miércoles, febrero 21, 2007

Letter six

Blind Worm:

Hoy no duermo. Salimos del “Déjà Vu” directo a tu casa, mientras los minutos pasan tan lentamente. Percibo una emoción tan absurda cómo imaginar verte bailar ante mi turbia atención. Tengo presente tus palabras y tus gestos, resumo que tan sólo pretendías distraerte en mí, cómo si quisieras disipar la tediosa rutina de estar sola y convencerte que puedes saltear tu desamor conmigo. Y yo, para eso, no sirvo, ya no. Tu confesión, estimo, fue inoportuna, ipso facto, un frío antártico heló mi lengua, hubiere robado un beso a tu boca mientras me decías casi en susurro, “no te escucho”. Los sorbos y cargados tragos de ron tronaron como bombas lacrimógenas en mi cerebro. “Pensé que no sucedería, pero cuando llega una sorpresa de alguien que no esperabas, luego descubres que aún hay algo que queda en el corazón”, mencionaste, y, eso para lanzarme de un precipicio de desconcierto a una pálida depresión. El mundo se me vino encima, el pasajero que llevas en tu corazón, me acaba de expulsar del paraíso. Te digo adiós mientras bajas del taxi en la puerta de tu casa, y repito, “en serio: adiós”, pones un rostro tan, pero, tan bonito -al enojarte- que me provoca lanzarme hacia ti y mandar al enésimo infierno mi triste atolondramiento...
Loco