viernes, enero 12, 2007

Letter two

Querida Blind Worm:

Dejo la ciudad, y no te llevo conmigo, mi madre me despidió con un brusco y súbito suspiro, es media noche y está dormida. Antes de partir quería despedirme de la ciudad a tu lado, y no está esa mirada con la cual aprendo a quererte. La noche no tiene el mismo color oscuro que combinas cuando estás a mi lado o, cuando el taconear de tus zapatos dibuja mi sendero mientras te vivo con mis ojos y te pienso menos...

Ésta es la segunda carta que te escribo. Puedo empezar a contarte algo de mi historia para que vayas conociéndome. Tal vez, con el motivo de mi encarcelamiento; pues, se debió a una inconfesable manía por ir contra todo lo que externamente me gobernaba: mi familia, el colegio, los amigos y, hasta mis enemigos. Mi atiborrada curiosidad por los libros rojos, me antojaron las ganas de convertirme en un cruzado por las causas que martirizan la mente del más grande ordenador de la política de “lucha”. El demencial y triste celebérrimo presidente Gonzalo me simpatizaba con sus arengas. Era su magistral manía por las reglas que -cualquier necio brillante- sabe a su manera inculcar a mentes tan vacías y hambrientas como la mía. Pero, no llegué a más; cuando tras pocas semanas en la selva terminé por olvidarme de ser parte del pastel terrorífico por una inoportuna enfermedad. Mi endeble figura -culpa de mi mal hábito alimenticio- no supo soportar el continuo desgaste de las pocas defensas que me quedaban. Esto fue el breve principio de una debacle que ya temía llegar y me negaba abandonar. Llegué a parar por allí a petición de mi segundo mejor amigo, me invitó a un interesante viaje por la selva, el tenía intenciones de buscar trabajo allí; es que, le gustaba la idea de ser cafetero, andaba con ése afán desde tercero de secundaria -al final me convenció-, pero el camino al que llegamos fue errado y terminamos por el que nos sedujo inmediatamente. No tengo ganas de detallar. No me puedo permitir desnudarme tan rápido. Es poco -por ahora- lo que quiero mencionar...
Loco