domingo, octubre 22, 2006

Manos

Porqué resistirse tanto, cuando todo será igual si sigo mirando al mismo lugar. Restrego cada mano incompleta mientras me vuelvo a convencer que no podré robar de nuevo, acariciar plasmando cada uno de mis sentidos restantes en los dedos más laboriosos. Manos que lo daban todo, menos de lo que ofrecián la calle o la familia, pero, cada una es culpable de lo que hizo la otra. Y yo ¿qué parte escondo para no poder echarles la culpa? Tarde o temprano me sorprenderá esa patética memoria que cargo por sobre los hombros, hincándome en cada nervio cerebral el vestigio que dejó mi mala conducta, la mórbida insensatez infantil jamás abandonada...